Hoy es un dia que empeze a pensar en el adios a lo que tengo aqui es decir aqui en donde vivo, en donde duermo, donde trabajo, donde he pasado la mayor parte de mi vida, las cosas van bien pero no como yo quiero que vayan se que Dios lo quiere ahora asi, sin embargo ya no me siento lleno de nuevo tengo ganas de un reto, de volar de extender mis alas e irme muy lejos donde nadie sepa de mi ni me conozca .
sábado, 25 de julio de 2009
me quiero ir a la fuerza o x que quiero??
Hoy es un dia que empeze a pensar en el adios a lo que tengo aqui es decir aqui en donde vivo, en donde duermo, donde trabajo, donde he pasado la mayor parte de mi vida, las cosas van bien pero no como yo quiero que vayan se que Dios lo quiere ahora asi, sin embargo ya no me siento lleno de nuevo tengo ganas de un reto, de volar de extender mis alas e irme muy lejos donde nadie sepa de mi ni me conozca .
para quienes no les gusta el futbol lean esto
La historia del fútbol mundial incluye miles de episodios emotivos y conmovedores, pero seguramente ninguno sea tan terrible como el que protagonizaron los jugadores del Dinamo de Kiev en los años ’40.En estas líneas se contará, a modo de homenaje, la historia de los jugadores del Dinamo que jugaron un partido sabiendo que si ganaban serían asesinados, y sin embargo decidieron ganar. En la muerte dieron una lección de coraje, de vida y honor, que no encuentra, por su dramatismo, otro caso similar en el mundo.
Para comprender su decisión, es necesario conocer cómo llegaron a jugar aquel decisivo partido, y por qué un simple encuentro de fútbol presentó para ellos el momento crucial de sus vidas.
Todo comenzó el 19 de septiembre de 1941, cuando la ciudad de Kiev (capital ucraniana) fue ocupada por el ejército nazi, y los hombres de Hitler desplegaron un régimen de castigo impiadoso y arrasaron con todo. La ciudad se convirtió en un infierno controlado por los nazis, y durante los meses siguientes llegaron cientos de prisioneros de guerra, a los que no se permitía trabajar ni vivir en casas, por lo que todos vagaban por las calles, en la más absoluta indigencia. Entre aquellos soldados enfermos y desnutridos, estaba Nikolai Trusevich, quien había sido arquero del Dinamo de Kiev.
Josef Kordik, un panadero alemán a quien los nazis no perseguían, precisamente por su origen, era hincha fanático del Dinamo. Un día caminaba por la calle cuando, sorprendido, miró a un pordiosero y de inmediato se dio cuenta de que era su ídolo: el gigante Trusevich.
Aunque era ilegal, mediante artimañas, el comerciante alemán engaño a los nazis y contrato al arquero para que trabajara en su panadería. Su afán por ayudarlo fue valorado por el arquero, que agradecía la posibilidad de alimentarse y dormir bajo un techo. Al mismo tiempo, Kordik se emocionaba por haber hecho amistad con la estrella de su equipo.
En la convivencia, las charlas giraban siempre sobre el fútbol y el Dinamo, hasta que el panadero tuvo una idea genial: le encomendó a Trusevich que en lugar de trabajar como él amasando pan, se dedicara a buscar al resto de sus compañeros. No sólo le seguiría pagando, sino que juntos podían salvar a los otros jugadores.
El arquero recorrió lo que quedaba de la ciudad devastada día y noche, y entre heridos y mendigos fue descubriendo, uno a uno, a sus amigos del Dinamo. Kordik les dió trabajo a todos, esforzándose para que no se descubriera la maniobra. Trusevich encontró también algunos rivales del campeonato ruso, tres futbolistas de la Lokomotiv, y también los rescató. En pocas semanas, la panadería escondía entre sus empleados a un equipo completo.
Reunidos por el panadero, los jugadores no tardaron en dar el siguiente paso, y decidieron, alentados por su protector, volver a jugar. Era, además de escapar de los nazis, lo único que podían hacer. Muchos habían perdido a sus familias a manos del ejército de Hitler, y el futbol era la última sombra que sobrevivía de sus vidas anteriores.
Como el Dinamo estaba clausurado y prohibido, le dieron a su conjunto un nuevo nombre. Así nació el FC START, que a través de contactos alemanes comenzó a desafiar a equipos de soldados enemigos y selecciones de la órbita del III Reich.
El 7 de junio de 1942, jugaron su primer partido. Pese a estar hambrientos y haber trabajado toda la noche, vencieron 7 a 2. Su siguiente rival fue el equipo de una guarnición húngara y le ganaron 6 a 2. Luego le metieron 11 goles a un equipo rumano. La cosa se puso seria cuando el 17 de julio enfrentaron a un equipo del ejército alemán y lo golearon 6 a 2. Muchos nazis empezaron a molestarse por la creciente fama de este grupo de empleados de panadería y le buscaron un equipo mejor para terminar con ellos. Llego MSG húngaro con la misión de derrotarlos, pero el FC Start lo aplastó 5 a 1, y más tarde, ganó 3 a 2 en la revancha.
El 6 de agosto, convencidos de su superioridad, los alemanes prepararon un equipo con miembros de la Luftwaffe, el Flakelf, que era un gran equipo, utilizado como instrumento de propaganda de Hitler. Los nazis habían resuelto buscar el mejor rival posible para acabar con el FC Start, que ya había ganado gran popularidad en el pueblo sometido. La sorpresa fue mayúscula, sin embargo, porque pese a las patadas de los alemanes, el Start venció 5 a 1.
Luego de esa escandalosa caída del equipo de Hitler, los alemanes descubrieron la maniobra del panadero. Desde Berlín llego la orden de matarlos a todos, pero los jerarcas nazis no se contentaban con eso. No querían que la última imagen de los rusos fuera una victoria, porque pensaban que matándolos así no harían más que perpetuar la derrota alemana.
La superioridad de la raza aria, en particular en el deporte, era una obsesión para Hitler y los altos mandos. Por esa razón, antes de fusilarlos, querían ganarles en la cancha.
Con un clima tremendo y amenazas por todas partes, para el 9 de agosto se anuncio la revancha, en el repleto estadio Zénit. Antes del choque, un oficial de la SS entró en el vestuario y dijo en ruso: “soy el árbitro, respeten las reglas y saluden con el brazo en alto”, exigiéndoles que hicieran el saludo nazi.
Ya en el campo, los futbolistas del START (camiseta roja y pantalón blanco) alzaron el brazo, pero en el momento del saludo se lo llevaron al pecho y en lugar de decir “!Heil Hitler¡”, gritaron”!Fizculthura¡”, un eslogan soviético que proclamaba la cultura física. Los alemanes (camiseta blanca y pantalón negro) marcaron el primero gol, pero el Start llego al descanso ganando 2 a 1.
Hubo más visitas al vestuario, esta vez con armas y advertencias claras y concretas: “si ganan, no queda nadie vivo”. Los jugadores tuvieron mucho miedo y se plantearon no salir al segundo tiempo. Pero pensaron en sus familias, en los crímenes que se cometían, en la gente sufrida que en las tribunas gritaba por ellos. Y salieron. Les dieron a los nazis un verdadero baile. Hacia el final del partido, cuando ganaban 5 a 3, el delantero Klimenko quedo mano a mano con el arquero alemán. Lo eludió y al estar solo frente al arco, cuando todos esperaban el gol, se dio vuelta y pateó hacia el centro del campo. Fue un gesto de desprecio, de burla, de superioridad total. El estadio se vino abajo.
Como todo Kiev hablaba de la hazaña, los nazis dejaron que se fueran de la cancha como si nada hubiera ocurrido. Incluso el Start jugó a los pocos días y le ganó al Rukh 8 a 0. Pero el final estaba escrito: tras ese último partido, la Gestapo visitó la panadería.
El primero en morir torturado fue Kortkykh. Los demás arrestados fueron enviados a los campos de concentración de Siretz. Alli mataron brutalmente a Kuzmenko, Klimenko y al arquero Trusevich, que murió con su camiseta puesta. Goncharenko y Sviridovsky, que no estaban en la panadería, fueron los únicos que sobrevivieron, escondidos, hasta la liberación de Kiev en noviembre del ’43. El resto del equipo fue torturado hasta la muerte.
Ésta es la historia del dramático “Partido de la Muerte”. El cineasta John Huston se inspiró en este hecho real para rodar su película “Evasión o Victoria”. En el film hizo lo que no pudo el destino: salvar a los héroes.
Todavía hoy, los poseedores de una entrada para aquel partido tienen derecho a un asiento gratis en el estadio del Dinamo de Kiev.
En las escalinatas del club, custodiado en forma permanente, se conserva actualmente un monumento que saluda y recuerda a aquellos héroes del Start, los indomables prisioneros de guerra del Ejército Rojo a los que nadie pudo derrotar durante una decena de históricos partidos, entre 1941 y 1942.
Los mataron entre torturas y fusilamientos, pero hay un recuerdo, una fotografía que, para los hinchas del Dinamo, vale más que todas las joyas del Kremlin. Allí figuran los nombres de los jugadores y una leyenda: “De la rosa solo nos queda el nombre”.
Mis peliculas deportivas favoritas hasta ahora
Una nueva temporada...Una nueva ilusion Azul
Hoy empieza ya una nueva temporada de futbol en Mexico mas no por ello quiere decir que sea una mas como siempre se dice, no al menos no para mi es la primera temporada de futbol en la que muchas cosas han cambiado para el equipo de mis amores y porque no tambien la mia , en lo futbolistico nuevos jugadores y gente que se integro a la poderosa maquina que desde hace mucho queriamos aca como el caso del mariscal Quintano o un tecnico de sangre azul como Meza, hemos traido nuevos jugadores, unos con nombre pero mas que nombre con Hue...nas ganas de ganar un campeonato (vamos por partes yo quisiera diez pero es paso a paso) .
sábado, 18 de julio de 2009
Felicidades Madre Mia Del Carmen
A pesar de que ya han pasado dos dias de su celebracion es hoy que puedo escribir unas lineas acerca de quien soy muy devoto pues ella me ha hecho muchos milagros en mi vida y gracias y en honor a ella es que mi nena la mayor se llama asi.
Quien ficho al mejor jugador del mundo??
Es dificil hacer esta pregunta pues la mayoria diria que el Real Madrid hizo las mejores contrataciones pues se llevo consigo a Kaká y a Cristiano Ronaldo pero ojo aqui porque aun asi que Ronaldo haya sido nombrado el mejor jugador del mundo para mi no lo es.
domingo, 12 de julio de 2009
Escuchando nueva musica??
jueves, 9 de julio de 2009
Despues de la muerte la reflexion
Las mismas tentaciones, malas compañías y malas inversiones se les presentan a jugadores al final de sus carreras con el agravante de que existe una situación anímica, muchas veces depresiva, que abruma a los recién retirados. Se trata de un cambio de vida radical al cual es muy difícil ajustarse.
Espero poder con los siguientes ejemplos darles una idea de la vida que vive un jugador de la NFL y el vacío que siente cuando esta termina, muchas veces abruptamente.
Todo empieza con la convivencia en el vestidor. El primer vínculo que nos unía como jugadores era el sentimiento de supervivencia después de una ardua pretemporada, de habernos sobrepuesto a presiones y a la competencia por nuestros puestos. Después de un tiempo, existía un núcleo de jugadores que habíamos estado juntos varias temporadas lo cual llevaba a una confianza ciega y a una amistad sincera. Cada mañana era llegar a tu casillero y platicar tus últimas experiencias. Si eras soltero, de cómo te fue en la cita de anoche. Si eras casado, de cómo salieron las actividades recientes con tu familia. Lo especial es que muchos pasamos de un estado civil al otro y mantuvimos y crecimos la amistad. Lo más especial era la preparación y anticipación de cada partido. El disfrutar juntos las victorias, o compartir los sufrimientos, frustraciones y tristezas de las derrotas.
El día del partido es indescriptible. Es difícil explicar lo que se siente cuando se viene la carga de adrenalina al saltar a un estadio abarrotado de fanáticos apasionados. La única otra experiencia que puedo comparar fue el nacimiento de mis hijos. La diferencia es que saltar al terreno de juego se daba cada semana. Y no se diga si tuviste una jugada clave en el partido, en mi caso, convertir el gol de campo de la victoria. Ese sentimiento de alegría, pero sobre todo de paz interna y satisfacción personal que se siente no lo he podido replicar con nada que haya hecho en mi vida desde entonces
Después vienen las "distracciones" fuera del vestidor y del estadio. Esto no lo cuento que en el afán de presumir, sino para que visualicen la vida de un deportista profesional durante sus mejores años.
Hay que tomar en cuenta que yo era pateador, una posición importante, pero no de las más glamorosas de la NFL. Como jugador de los Gigantes de Nueva York, uno de los mejores equipos de la NFL, no me faltaban tentaciones. Seguido era invitado a fiestas en Manhattan en donde conocí a todo tipo de celebridades, entre otros, a Mark Hamill (Luke Skywalker), Robert De Niro, Phil Collins, Cindy Lauper, Dan Akroyd, Nicolas Cage, Carol Alt (portada de la edición de trajes de baño de Sports Illustrated). En una ocasión, estaba en uno de los clubes más exclusivos de Manhattan con Helen Hunt (ganadora del Oscar en "As Good as it Gets"), Kevin Costner y Jack Nicholson juntos en una mesa.
En N.Y. nunca me faltaron boletos para los eventos más exclusivos y durante mi estancia con los Gigantes jamás me cobraron en los restaurantes más lujosos.
A pesar de todo, poco a poco me fui dando cuenta que esta era una vida vacía. El momento parteaguas fue en una fiesta de la revista Penthouse. En un momento en que estaba sentado con Miss Abril en una pierna y Miss Octubre en la otra, me cayó el veinte de que a estas tipas no les interesaba un comino quién era yo, sólo el que era un miembro de los Gigantes de Nueva York.
Saliendo de esa fiesta le pedí a Dios con mucho fervor que me mandara a alguien diferente. No fue casualidad que pocas semanas después conocí a quien ahora es mi esposa, y poco a poco mi vida fue cambiando. Me fui enfocando en la que en realidad era importante: Dios, la familia, la disciplina, la integridad y la amistad sincera.
Lo que pretendo transmitir es que si yo viví estas experiencias, ¿qué no vivieron jugadores como Lawrence Taylor, Phil Simms, Ottis Anderson, Carl Banks y muchos otros de mi equipo? ¿Qué no vivió Steve McNair como QB de Tennessee y Baltimore y uno de los jugadores más populares de la NFL a nivel nacional?
El problema serio llega al momento del retiro, el cual la mayoría de las veces es obligado. Después de años en la NFL el juego en realidad se torna más fácil. Se aprende a manejar la presión y la experiencia nos saca de muchos apuros. El problema es que el cuerpo ya no responde, no por falta de fuerza, sino por el tiempo que toma en recuperarse de una práctica y sobre todo de un partido. El dejar de jugar en esas circunstancias es frustrante.
El retiro para todo jugador es traumante. Piensen que de la noche a la mañana se pierde la fuente de ingresos, la cual es ahora en día considerable. Se pierde la hermandad del vestidor, la adrenalina de los partidos y un estilo de vida que es en realidad una fantasía, falsa y vacía, pero que existe día a día.
Un jugador retirado es similar a un adicto a las drogas. La situación se complica porque una gran parte de los jugadores de la NFL son de origen humilde y muchos vienen de familias separadas. Si el ex jugador no tiene una gran fe en Dios, una familia sólida y dedicada, un grupo de amigos sinceros y valores de disciplina e integridad, lo más seguro es que llegue a una depresión y busque la respuesta en el alcohol, las drogas, o como fue el caso de Steve McNair, en relaciones falsas y fáciles.
El caso de Steve McNair fue de impacto no sólo por la naturaleza del crimen cometido, sino por haber sido él un ejemplo de disciplina y clase como jugador y pilar de la comunidad. Si esto le pasó a alguien que parecía tan centrado, tan maduro y con todo a su favor, ¿qué le espera a otros más vulnerables y en condiciones más desesperadas?
Al igual que con los novatos, es importante que la NFL y la asociación de ex jugadores establezcan un programa de orientación y adaptación a la vida cotidiana para jugadores recién retirados. De lo contrario, casos como el de Steve McNair se repetirán, al igual que historias de suicidios, bancarrotas, drogas, alcohol y familias quebrantadas.
No serán siempre la noticia principal, pero no por eso dejarán de ser menos trágicas.
METALLICA EN MEXICO
METALLICA YEAH!!!